Industrias J.F. Secco, una de las compañías más relevantes en el sector metalmecánico y de servicios eléctricos del país, se vio obligada a despedir a 30 trabajadores debido a la parálisis que afecta a Vaca Muerta. Esta empresa, reconocida por sus motocompresores que alimentan el megayacimiento neuquino, también ha sido responsable de la construcción de centrales termoeléctricas y la fabricación de caños e insumos para la industria petrolera.
A pesar de contar con el RIGI y la postura favorable del gobierno hacia las empresas, el progreso en Vaca Muerta avanza a un ritmo que deja mucho que desear. "Hay numerosos proyectos, pero ninguno se concreta", expresó un empresario de Rosario que opera en la zona.
En este escenario, Juan F. Secco decidió despedir a 30 operarios altamente capacitados del departamento de Emergencias. Los trabajadores denunciaron que la empresa intenta desmantelar un área de vital importancia social, ya que estos operarios son los encargados de brindar asistencia en situaciones de emergencia climática y apagones masivos. Gracias a sus compresores, pueden conectarse a la red de distribución y restablecer el suministro eléctrico en grandes áreas en cuestión de horas.
Estos equipos resultaron fundamentales durante la reciente inundación en Bahía Blanca y en la crisis que afectó a Campana. En un país donde el sistema eléctrico se encuentra al borde del colapso por la falta de infraestructura, la reciente ola polar dejó a más de 100 mil usuarios sin electricidad en Buenos Aires, según relató un trabajador de la empresa que participó en la emergencia.
El delegado Ariel Moreno, en diálogo con este medio, explicó que la empresa justificó los despidos alegando que el sector está paralizado. Sin embargo, destacó que el servicio de Emergencia se financia a través de la factura de luz, donde un porcentaje se destina a contratar empresas como Secco para resolver apagones. "Están desmantelando un área fundamental para la sociedad que se financia con la factura", afirmó Moreno.
El delegado también advirtió que la intención de la empresa es reemplazar a estos técnicos altamente calificados por trabajadores precarizados. "Buscan implementar una reforma laboral de facto al estilo del gobierno de Milei", consideró.
Los empleados temen que esta situación se agrave y han comenzado a organizar un plan de acción gremial para visibilizar el conflicto. Este jueves, cortaron la Avenida Circunvalación en Rosario, donde se encuentra la sede central de Secco. Además, este viernes tienen programada una audiencia en el Congreso Nacional y se están llevando a cabo paros solidarios en distintas sedes de la empresa.
El próximo 6 de noviembre, uno de los propietarios de la empresa, Jorge Balán, enfrentará junto a Angelo Calcaterra y otros empresarios a un tribunal compuesto por Gustavo Hornos, Daniel Petrone y Diego Barroetaveña en el marco de la Causa Cuadernos. Estos empresarios intentaron eludir las acusaciones de haber pagado coimas durante el gobierno kirchnerista, pero la Cámara desestimó su presentación.
La historia de Industrias Secco está íntimamente ligada al auge del menemismo en la década de los 90. Durante esos años, la empresa creció rápidamente, estableciendo conexiones directas con el entonces secretario General, Alberto Kohan. Kohan impulsó a Secco, que en sus inicios era un pequeño taller dedicado a la rectificación de motores, a convertirse en el principal proveedor de grupos electrógenos industriales en la provincia.
Con el inicio del gobierno de Menem, el país enfrentó una severa crisis energética y Kohan, oriundo de San Lorenzo, conocía bien a los hermanos Balán del Cordón Industrial del Gran Rosario. Fue él quien les propuso importar grupos electrógenos de gran porte como solución para las industrias.
Así, la firma experimentó un crecimiento exponencial, diversificándose hacia la representación de autoelevadores y dando el gran salto al incursionar en la construcción de centrales eléctricas y contratos de obra pública.
En un país siempre al borde de su capacidad energética, el negocio del alquiler de grupos electrógenos a grandes empresas y localidades enteras convirtió a Secco en una de las compañías más prósperas del sur de Santa Fe.
Con el tiempo, la empresa se expandió y aportó energía a la próspera Vaca Muerta, comenzando con el montaje de los primeros obradores. Hoy, hay localidades en la Patagonia que dependen de los grupos electrógenos alquilados por Secco para su suministro eléctrico. "Venden agua en el desierto", ilustró un industrial de la zona de Rosario en conversación con este medio.