El Senado aprobó por una abrumadora mayoría el aumento a las jubilaciones, lo que significó una dura derrota política para el gobierno. Este último intentó deslegitimar la sesión, pero no pudo imponerse ante el bloque peronista y sus aliados.
El oficialismo, buscando restarle validez a la votación, decidió ausentarse en el momento crucial de la decisión, aunque estuvo presente en la sesión. Justo en el instante de la votación, el sistema informático falló, lo que llevó al peronismo a denunciar un "boicot".
Como resultado, la votación se realizó de forma oral, donde el resultado fue contundente: 52 votos a favor, ningún voto en contra y 4 abstenciones.
Sin opciones, Ezequiel Atauche se vio obligado a seguir las instrucciones que recibió desde Casa Rosada y retiró a su escasa representación parlamentaria. De los seis legisladores que conforman su bloque, cinco se levantaron de sus bancas siguiendo órdenes desde Balcarce 50, a excepción del riojano Juan Carlos Pagotto, quien permaneció sentado un tiempo más, frustrado por la situación.
Antes de este desenlace, José Mayans, quien se había reunido con los libertarios, tomó la palabra y se dirigió a Bartolomé Abdala, diciendo: "me informaron que Atauche fue y desconectó el fusible del tablero, dígale que lo vuelva a conectar".
Además, Mayans cuestionó la presencia del presidente provisional del Senado, sugiriendo que debería ceder su lugar a la senadora Silvia Sapag, argumentando que su abstención equivalía a una ausencia. El puntano se resistía, mientras Pablo Blanco, desde Tierra del Fuego, le explicaba que en la Cámara Alta la abstención se considera como no estar presente. "¿Es un fantasma?", lanzó Blanco.
Los opositores se dieron cuenta de que, tal como había señalado Mayans, el sistema de votación electrónica había fallado de forma sospechosa, impidiendo que expresaran su postura a través de las pantallas ubicadas frente a sus bancas. Tanto peronistas como radicales interpretaron este apagón como un indicio de la crisis en la que se encontraba el oficialismo, que ya no podía evitar la inminente derrota, manteniendo la calma en el proceso.
Sin la presencia de Victoria Villarruel ni Abdala en el estrado, debido a la orden de Casa Rosada para que abandonaran el recinto, la sesión quedó bajo la dirección de Sapag, quien convocó a votar "a viva voz". El secretario parlamentario, Agustín Giustinian, fue el encargado de leer los nombres de los legisladores para que se manifestaran, aún bajo la controversia por su participación en la reunión de la comisión de Presupuesto, donde los miembros de Unión por la Patria, Martín Lousteau, Pablo Blanco y Guadalupe Tagliaferri, dictaminaron el proyecto en cuestión.
La ley aprobada establece un incremento del 7,2 por ciento en las jubilaciones, además de un aumento de 40 mil pesos para el bono que había permanecido congelado en 70 mil y una actualización mensual que se ajustará según el índice de movilidad.
La victoria fue tan abrumadora que los apoyos superaron las fronteras de la bancada de Unión por la Patria y el radicalismo. A pesar de que en las horas previas los aliados del oficialismo insinuaban que no contaban con instrucciones de sus gobernadores para respaldar el aumento de los haberes previsionales, desde Carlos "Camau" Espínola hasta Luis Juez votaron a favor.
Una vez consumada la victoria opositora, Villarruel recurrió a las redes sociales para replicar los ataques de Patricia Bullrich y aprovechó para justificar su rol al frente de la sesión. "El ejercicio de mi función no implica convalidación de ningún acto, porque son los senadores, en ejercicio de la representación de sus provincias, quienes toman sus propias decisiones. Son ellos quienes convalidan, aprueban o rechazan", enfatizó.
La ley sancionada este jueves establece un incremento del 7,2 por ciento en las jubilaciones, un aumento de 40 mil pesos para el bono congelado en 70 mil y una actualización mensual que seguirá el índice de movilidad.