YPF se encuentra en una situación complicada, con números que no dejan lugar a dudas. La compañía anunció un proyecto de exportación de GNL en alianza con la italiana ENI, prometiendo la creación de 50.000 empleos. Sin embargo, en el interior de la empresa, los técnicos advierten sobre recortes de personal, jubilaciones anticipadas y un ambiente de ajuste que se siente en cada rincón.
Este escenario se agrava aún más al considerar que el proyecto aún no cuenta con una decisión de inversión formalizada, mientras que YPF ya comenzó a reducir su plantilla tras presentar un balance semestral que dejó más pérdidas que ganancias. El presidente de YPF, Horacio Marín, firmó por tercera vez en dos años un acuerdo de intención con ENI, lo que llevó a una fuente del sector a ironizar: "Es la tercera vez que firman lo mismo, después se ríen cuando el peronismo hace anuncios repetidos". Esta misma fuente sostiene que el proyecto se encuentra en una fase demasiado incipiente como para hablar de generación de empleo a gran escala.
La falta de una decisión final de inversión y un esquema de financiamiento claro genera incertidumbre. No es un secreto que ENI, la petrolera italiana, atraviesa dificultades financieras. A esto se suma el hecho de que YPF desembolsó más de 11 millones de dólares en salarios para once directores, lo que contrasta fuertemente con la situación de los empleados de a pie.
El optimismo sobre la exportación de GNL ya había sido moderado por el propio mercado internacional. Wael Sawan, CEO de Shell, la compañía líder mundial en GNL, expresó que la expansión rápida del gas licuado "no es económicamente racional" y se mostró sorprendido por la cantidad de proyectos aprobados en la región, considerando el riesgo de un exceso de oferta global.
Mientras tanto, en las oficinas de YPF, los rumores sobre despidos se propagan rápidamente. Un veterano técnico de la empresa comentó con sarcasmo: "Los que tengan más de 40, afuera", refiriéndose a un posible esquema de jubilaciones anticipadas y reducción de personal.
Cuando Marín asumió en diciembre de 2023, prometió multiplicar por cuatro el valor de las acciones en cuatro años. Sin embargo, los resultados de 2025 indican lo contrario: ingresos estancados, rentabilidad en caída, caja negativa y un aumento en la deuda. Un empleado expresó su frustración: "Anuncian que van a contratar a 50 mil personas mientras despiden a otros. Implementaron el autodespacho para reducir personal y utilizan inteligencia artificial para evitar informar aumentos. Además, ahora venden una app que paga en dólares para agradar al Presidente. No han avanzado en nada".
Los números reflejan por qué el clima interno no respalda la épica del GNL. El balance semestral fue un verdadero golpe de realidad. Cuando Marín llegó, prometió un futuro brillante, pero los resultados son desalentadores: ingresos estancados, rentabilidad en descenso, caja negativa y más deuda. Ni el aumento de producción ni los precios más altos de los combustibles lograron mejorar la situación financiera. Los ingresos apenas subieron de 4.608 millones a 4.641 millones de dólares entre trimestres, lo que representa una variación mínima y una caída del 6% interanual.
El EBITDA también sufrió una baja significativa, descendiendo de 1.245 millones a 1.124 millones, lo que equivale a un retroceso del 7%. El resultado neto fue aún más alarmante: una pérdida de 10 millones de dólares en el primer trimestre y solo 58 millones de dólares de ganancia en el segundo, un 89% menos que en 2024. Mientras el discurso oficial celebraba la "normalización" de precios, el lifting cost subió a 4,9 dólares por barril, impulsado por la devaluación, costos dolarizados y una estructura operativa pesada.
En términos de inversión, tampoco hay señales de expansión real: el CAPEX cayó de 1.214 millones a 1.160 millones, lo que representa una disminución del 3%. El flujo de caja libre sigue sumergido en números negativos: 957 millones en el primer trimestre y 365 millones en el segundo, acumulando más de 1.300 millones de dólares evaporados en seis meses.
A esto se agrega un creciente endeudamiento. La deuda total aumentó más de 1.500 millones de dólares desde que Marín asumió, y el ratio de apalancamiento pasó de 1,8 a 1,9 veces. En medio de esta crisis, la única curva ascendente parece ser la de la publicidad, ya que la empresa destinó más de 87.000 millones de pesos en pauta entre 2024 y 2025, superando lo invertido en los tres años anteriores combinados.

