La crisis que atraviesa el turismo se intensificó durante las vacaciones de invierno, evidenciando un descenso del 11% en comparación con el año anterior. Según datos proporcionados por la CAME, el movimiento turístico se redujo un 10,9% en relación al mismo periodo de 2024.
La caída es aún más preocupante si se toma en cuenta el año pasado, ya que 21,5% menos de personas viajaron en comparación con 2023, y la duración promedio de las estadías disminuyó en un 13,3%.
La entidad empresarial reportó que 4,3 millones de turistas se movilizaron, generando un gasto total de $ 1,5 billones, lo que representa un impacto económico que se redujo en un 11,2% respecto a 2024, ajustado a precios constantes. Esta situación afectó a todas las provincias del país.
Entre los factores que contribuyeron a este desplome, se destacan la caída del poder adquisitivo de las familias y la pérdida de competitividad en el tipo de cambio, lo que se tradujo en una menor llegada de turistas internacionales ante un contexto cambiario poco favorable.
Además, los turistas con mayor capacidad de gasto optaron por destinos en el exterior, mientras que aquellos que decidieron quedarse en el país buscaron principalmente ofertas y promociones. La situación tomó un giro lamentable y no se avizoran mejoras significativas. Las jornadas transcurrieron con un clima de desánimo.
En esta temporada invernal, el gasto promedio diario por turista se ubicó en aproximadamente $ 89.000, con una estadía media de 3,9 días.
Particularmente en la provincia de Buenos Aires, la ocupación hotelera se mantuvo por debajo de los niveles del año pasado en la mayoría de las localidades, tanto en la costa como en el interior. En Mar del Plata, la temporada comenzó con una ocupación de apenas el 30%, alcanzando el 60% solo en algunos días de alta demanda. Otras localidades como Pinamar, Villa Gesell y Necochea experimentaron un flujo turístico contenido, predominantemente de familias, pero en menor cantidad que en temporadas anteriores.
Jorge Cocco, presidente de la Asociación Hotelera de Villa Gesell, expresó: "Esto tomó color de lamentable y no se espera nada mucho mejor. Fueron jornadas muy tristes". A pesar de que se organizaron tres fiestas en la ciudad, la falta de turistas fue evidente.
"En el sector hotelero, los niveles fueron muy bajos. No más de 14 hoteles abrieron sus puertas. La gastronomía no alcanzó ni el 30% de lo que operó", agregó Cocco, subrayando que el desplome no se limita a Villa Gesell, sino que es una realidad en todo el país.