La petrolera francesa Total concretó la venta de una parte de su negocio en Vaca Muerta a YPF, marcando un nuevo capítulo en el éxodo de multinacionales del país. Esta decisión se produce en un contexto donde numerosas empresas están reconsiderando su permanencia en el mercado argentino, un fenómeno que, según se ha informado, se intensificó debido a un 'error' del gobierno relacionado con la salida del cepo cambiario.
Total Austral, la filial de TotalEnergies en Argentina, vendió el 100% de los bloques no convencionales La Escalonada y Rincón La Ceniza, completando así su desvinculación del sector petrolero en Vaca Muerta. Sin embargo, la compañía francesa mantendrá sus operaciones en el negocio del gas.
Con esta transacción, YPF se convierte en propietaria del 45% de los derechos de estos bloques, en sociedad con Shell Argentina, que posee otro 45%, y G&P, que tiene el 10% restante.
El mencionado 'error' de abril, que algunos analistas consideran un desacierto, aceleró la fuga de multinacionales del país. La lista de empresas que han decidido irse, ya sea total o parcialmente, o que están considerando hacerlo, es extensa. Entre ellas se encuentran Exxon Mobil, Petronas, Total Energies, Equinor, Procter & Gamble, HSBC, Walmart, Falabella, Latam, Norwegian, Qatar Airways, Shell, BASF, Glovo, Nike, Carrefour (en su operación directa) y Danone (en parte).
Este proceso de desinversión no comenzó con la actual administración, pero se ha visto agravado por una decisión que algunos economistas consideran errónea: la liberación parcial del cepo. Muchas empresas vieron una oportunidad para cerrar sus operaciones y repatriar sus dólares a través del contado con liquidación (CCL), evitando el 'peaje' que impone la brecha cambiaria.
En cuanto al sector petrolero, los empresarios se encuentran en un estado de 'wait and see' (esperar y ver), a la expectativa de lo que sucederá después de las elecciones legislativas y de cómo se desarrollará el programa económico, que incluye una devaluación que el mercado ya anticipa. En Vaca Muerta, las petroleras han detenido nuevas perforaciones y proyectan una caída de actividad cercana al 30%.