La recaudación en la Ciudad de Buenos Aires sufrió un duro golpe debido a la caída del consumo y el fin de las Lecap, lo que impactó directamente en su principal tributo, Ingresos Brutos. Este impuesto se desplomó un 12% en comparación interanual en términos reales, y si se considera el acumulado del primer semestre, la caída asciende al 13%.
Este descenso es alarmante, ya que Ingresos Brutos constituye el motor fiscal de la Ciudad, representando el 77% de la recaudación propia. En cifras, esto se traduce en 608 mil millones de pesos, lo que, al ajustarlo por inflación, implica una disminución real del 14,4% interanual, según datos del Centro de Economía Política Argentina (CEPA).
Las razones detrás de esta caída van más allá de la simple merma en ventas o de la desaceleración económica. Desde el CEPA explicaron que el cambio en la política monetaria, que trasladó la administración de liquidez del Banco Central al Tesoro, generó una caída en la recaudación de la Ciudad. Antes, las letras del Banco Central, como las Leliq y las Lebac, tributaban Ingresos Brutos, pero al pasar al Tesoro, estas quedaron exentas.
El mes de julio se convirtió en el más crítico en cuanto a la ocupación hotelera en la Ciudad desde el inicio de la pandemia. La modificación dejó un vacío inmediato: los intereses de las letras del BCRA que antes contribuían a la recaudación porteña desaparecieron de un plumazo al canalizarse la liquidez a través de instrumentos del Tesoro. Así, junto a la caída de la actividad económica, se esfumó un ingreso discreto pero significativo.
A pesar de esta situación, algunos otros impuestos parecen no verse tan afectados por la recesión. Por ejemplo, el Inmobiliario-ABL, que representa un 7,5% de los recursos propios, recaudó 58,9 mil millones y creció un 80,7% interanual real. En cuanto a las patentes, aportaron 50,5 mil millones, lo que equivale a un 6,4% del total y registró un aumento del 46,1%. Por su parte, el impuesto de Sellos sumó 63,6 mil millones, representando un 8% del total, con un alza del 16,4%.
En total, la recaudación tributaria de la Ciudad alcanzó los 791 mil millones de pesos en junio. Al ajustarlo por inflación, esto significa una contracción real del 6% interanual. Este número, en perspectiva, revela una caja porteña sostenida por impuestos a la propiedad y a transacciones puntuales, mientras que su principal motor, la actividad económica y, hasta hace poco, las rentas financieras, pierde fuerza.